Minority Report, película ambientada en el año 2052 dirigida por Steven Spielberg, planteaba la idea de que unos “oráculos “pudieran prever ciertas conductas delictivas, y de esa manera poder evitarlas. Hoy en día, la realidad ha superado a la ficción. Un grupo de investigadores ha desarrollado una inteligencia artificial capaz de determinar cuándo y dónde es probable que tenga lugar el próximo delito. Desde hace ya varios años se intenta aprovechar las virtudes que ofrece esta tecnología. No obstante, la inteligencia artificial también puede ser una herramienta para la comisión de delitos. Sin perjuicio de que en un futuro pudiera llegar a ser el propio sujeto responsable del delito, como lo son ya las personas físicas y jurídicas.
Es por eso por lo que resulta interesante analizar algunos de los escenarios de riesgo y sus tipos que pueden darse en un uso delictivo de la inteligencia artificial.
- Delito de acoso, artículo.172 Código Penal. Utilizar sistemas de aprendizaje para realizar una monitorización de la vida privada de una persona a través de los datos obtenidos por sus smartphones, wearbles y dispositivos con IoT.
- Daños informáticos, art.264 Código Penal. Emplear algoritmos de red neuronal para automatizar el borrado y la destrucción de datos contenidos en dispositivos electrónicos propios o ajenos.
- Delitos relativos al mercado y los consumidores, art.278 y siguientes Código Penal. Especular con productos o servicios de primera necesidad provocando un desabastecimiento del mercado. También, utilizar la Inteligencia Artificial para realizar transacciones o dar órdenes falsas susceptibles de proporcionar indicios falos o engañosos sobre el Mercado de Valores.
- Delito de usurpación de estado civil o de identidad, artículo.401 Código Penal. Emplear inteligencia artificial para elaborar deepfakes que permitan cambiar la imagen corporal de una persona (cuerpo y/o cara) para suplantar su identidad. Puede llegar a ser la combinación perfecta para una de las mayores amenazas empresariales: la ingeniera social.
En relación con la inteligencia artificial queda aún mucho camino por recorrer, sin embargo, es importante tener en cuenta que cualquier gran poder da lugar a una enorme responsabilidad. Las organizaciones deben proveerse de sistemas de identificación de riesgos y protegerse de potenciales incumplimientos legales. La implantación de modelos de prevención de riesgos legales es la clave para lograr este cometido.
Desde UBT Legal & Compliance, recordamos el valor que supone contar con un equipo experto capaz de anticiparse a los potenciales riesgos legales tecnológicos. La prevención es el primer paso hacía la seguridad.
Alejandro Chelle Perez, Abogado y Consultor Legal
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