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Fuerza mayor en contratos SaaS: cómo proteger tu empresa ante caídas y ciberataques

por | Sep 19, 2025 | Legal

Las empresas de Software como Servicio (SaaS) viven de la disponibilidad continua de sus plataformas. Sin embargo, una caída masiva de servidores, un apagón eléctrico o un ciberataque a gran escala pueden interrumpir el servicio de forma repentina. Estos eventos no solo generan pérdidas técnicas y comerciales, también pueden traducirse en reclamaciones legales por incumplimiento contractual. En este contexto, la fuerza mayor es una herramienta clave para prevenir riesgos y blindar jurídicamente a tu empresa.

¿Qué es la fuerza mayor en un contrato SaaS?

La fuerza mayor se refiere a los acontecimientos externos, imprevisibles e inevitables que impiden cumplir una obligación. En España, el artículo 1105 del Código Civil establece que nadie responderá de los sucesos que no pudieran preverse o que, previstos, fueran inevitables. Trasladado a un contrato SaaS, significa que si la prestación se ve interrumpida por un evento extraordinario fuera del control del proveedor, este no debería ser considerado responsable.

En la práctica, esto se traduce en una cláusula de fuerza mayor dentro del contrato de licencia o de prestación de servicios. Dicha cláusula exime de responsabilidad mientras dure la contingencia y suele incluir ejemplos de situaciones como desastres naturales, crisis sanitarias, guerras, apagones generalizados o ciberataques masivos. Eso sí, la empresa que invoque la fuerza mayor debe acreditar que el evento era realmente inevitable y que actuó con diligencia.

¿Qué situaciones pueden considerarse fuerza mayor en SaaS?

Los tribunales españoles han reconocido como fuerza mayor fenómenos que cumplen las notas de imprevisibilidad e inevitabilidad. Un terremoto que inutiliza un centro de datos, un apagón eléctrico que afecta a toda una región o un ciberataque global de ransomware que paraliza infraestructuras críticas pueden encajar en esta categoría.

En cambio, caídas ordinarias del servicio, errores de programación, falta de copias de seguridad o saturaciones por no dimensionar correctamente la infraestructura no se consideran fuerza mayor. En estos casos, el problema deriva de riesgos inherentes al negocio y de la falta de medidas de prevención razonables, por lo que la empresa sí respondería frente a sus clientes.

Cómo proteger a una empresa SaaS frente a interrupciones graves

El primer paso es redactar cláusulas de fuerza mayor claras y realistas en los contratos. Estas deben especificar qué eventos quedan cubiertos, cómo debe notificarse a los clientes y qué efectos tendrá la suspensión del servicio. En ocasiones, también se establece que si la interrupción supera un plazo determinado, cualquiera de las partes podrá resolver el contrato sin penalización.

Otro aspecto esencial son los acuerdos de nivel de servicio (SLA). Un SLA realista fija compromisos de disponibilidad y tiempos de respuesta que la empresa puede cumplir, incluso en escenarios difíciles. Conviene excluir del cómputo de disponibilidad los tiempos de caída derivados de eventos de fuerza mayor, y establecer compensaciones proporcionales (como créditos en la factura) en caso de incumplimientos ordinarios.

Finalmente, es recomendable limitar contractualmente la responsabilidad del proveedor en caso de daños derivados de caídas del servicio. Lo habitual es excluir la responsabilidad por pérdidas indirectas, como el lucro cesante, y fijar un tope máximo vinculado al importe abonado por el cliente en un periodo concreto. Eso sí, estas limitaciones deben ser razonables y compatibles con la normativa y no permite excluir la responsabilidad por dolo o negligencia grave.

Conclusión

En el ecosistema SaaS, donde el producto es inseparable del servicio continuo, la fuerza mayor deja de ser una cláusula secundaria para convertirse en una necesidad estratégica. Definir con precisión qué cubre, acompañarlo de SLA alcanzables y establecer límites de responsabilidad claros permite a las empresas protegerse frente a situaciones imprevistas. Un contrato sólido no evita un apagón ni detiene un ciberataque, pero sí asegura que tu startup o scaleup pueda afrontarlo sin quedar expuesta a reclamaciones que comprometan su futuro.